domingo, 25 de febrero de 2007

franz y felice

Friday, August 04, 2006
La extraña relación de amor entre Felice Bauer y Franz Kafka
escritor invitado: federico vegas


Al castellano le cupo, pues, el honor de ser la primera lengua a la que fue vertida desde el alemán la pesadilla de Gregor Samsa (muchos años antes de que los intelectuales franceses de la segunda posguerra decretaran el alto valor literario de los garabatos de Kafka).
El texto de 1938 atribuido a Borges no fue la primera traducción al castellano de La metamorfosis. Ya existían otras traducciones a nuestra lengua desde 1925. No obstante, lo que sí parece cierto es el hecho de que el castellano fue la primera lengua extranjera a la que se tradujo el más célebre relato de Kafka.
Kafka es el gran escritor clásico de nuestro atormentado y extraño siglo.



Felice, Kafka y Canetti





“El otro proceso de Kafka” es un ensayo de Elias Canetti sobre el material epistolar de Franz Kafka a Felice Bauer. Se trata de cartas, y postales, enviadas a diario desde 1912 a 1917. FB, se convirtió en su eterna pretendiente vital, su lectora perfecta. Para los que piensan que las musas y la inspiración son inciertas, está a un paso de perder eso que llaman pasión. Kafka sin saberlo nos quedó a partir de esa tarde del 12 de agosto de 1912. A su mejor amigo le decía de ese flechazo: “Ayer, al ordenar la orbita, me encontraba bajo los efectos de la muchacha Felice fue su impulso número uno. De los encuentros a primera vista que mas han hecho mella en la historia de la humanidad. Y, como todo gran amor se convirtió en un tormento. Esa tempestad lo llevó a decir cosas que han alimentado nuestras pasiones. Rara vez se sentía a gusto en la conversación, “el amor se manifestaba a través de su palabra escrita”
Aquel desastre amoroso dio pie para afirmar que se puede amanecer siendo un enorme y repulsivo insecto.
Esa relación empezó con un temor mayor del convencional. Kafka la nombraba únicamente por unas discretas “FB". “He pensado mucho en ¡ Que embarazo para escribir un nombre!” decía Kafka.
“Felice fue exactamente lo que necesitaba. Una mujer que estuviera a su disposición sin esperar de él más que palabras, como una especie de transformador cuyos errores técnicos conocía y dominaba hasta el punto de que al instante podía corregirlos con ayuda de una carta” “Lo importante de Felice era que existiera, que no necesitara ser inventada y que, tal como era, no tuviera que ser inventada por Kafka... Al cortejarla de lejos, Kafka la idolatraba. Acumulaba sobre ella todas sus preguntas, sus ruegos, sus temores, sus diminutas esperanzas con el fin de arrancarle las cartas.” Dice Canetti
Las primeras cartas fueron escritas con la mayor exactitud y detalles de ese encuentro. Quería su musa sólo para el. Saberlo todo acerca de ella, una idea exacta del ambiente de su trabajo y su casa.
No eran unas inútiles escenas de celos, eran unos celos inmensos, el factor y la precisión para su escritura. Sabía que todo eso podía alienarlo. Lo necesitaba para escribir y, para el, significaba, mucho mas que colaborar con el mundo.
K, logra imponerle que ella también le escriba, y, sin ser presa de la misma obsesión llega a enviarle cartas todos los días. Dos noches después de su primera carta a Felice escribe “La Condena”, de una sola tirada, en una sola noche, en diez horas. “Se diría que con esta obra queda establecida su dignidad personal como escritor.” La semana siguiente surge “el Fogonero”, y durante los dos meses que siguen otros cinco capítulos de “América”, durante dos semanas interrumpe la novela, escribe “la Metamorfosis”. Un período formidable .
El 14 de enero, ya es 1913. Kafka le escribe: “En cierta ocasión me escribiste que querías estar a mi lado mientras yo escribía; pero, imagínate, no sería capaz de escribir en tales condiciones… Escribir significa entregarse por completo…Por ello uno no puede estar lo suficientemente solo cuando escribe, por ello no puede reinar el suficiente silencio en torno a uno cuando escribe, la noche es todavía demasiado poco noche. Por ello no puede nunca bastarle a uno el tiempo, pues los caminos son largos y uno se equivoca fácilmente…A menudo he pensado que la mejor vida para mí consistiría en recluirme con una lámpara y lo necesario para escribir en el recinto más profundo de un amplio sótano cerrado. Me traerían la comida desde fuera y la depositarían lejos, tras la puerta más externa del sótano. El ir a buscar esta comida, vestido sólo con una bata, a través de los pasillos del sótano, sería mi único paseo. Luego regresaría junto a mi mesa, comería lentamente, reflexionando, y de inmediato volvería a escribir. ¡Y qué cosas escribiría entonces! ¡De qué abismos las arrancaría!”




Frank querido,

Hoy vine al parque a escribirte. Estoy sentada en un banco de hierro, muy labrado, a la orilla del camino que serpentea por entre el pasto. El parque está sembrado de árboles que parecen alegres cuando la brisa los mueve. Es un día cálido y mi perro, que está echado debajo del banco a mis pies, parece disfrutarlo tanto como yo.
No sabes como me deleito con tus cartas, trato en ellas encontrar rasgos de tu persona que tanto desconozco y tantos deseos tengo de aprender.
Me queda en la memoria tan poco de ti, de tu mirada, del calor de tu piel en ese último roce de tu mano con la mía, del tono de tu voz. Trato de guardar esos recuerdos, evocándolos en mis momentos más íntimos para poder sobrellevar mis largas noches sin ti. Por eso, en tus letras, intento conocerte, trato de amarte.
La mañana está fresca, la brisa roza mi piel y ella se eriza, así como ese día en que nos conocimos, cuando me deslizaste la foto y me tocaste.
Hoy me siento bien, acompañada con tus pensamientos plasmados en este papel, que se han convertido en mi motivo de vida, en mi ilusión. Puedo cerrar los ojos y soñar con un día en que pueda estar a tu lado mientras escribes, junto a esa luz que procura tu larga noche de insomnio y fantasmas, de tormentos y temores…
No sé si mis angustias te hacen ruido, tu timidez me afecta, no entiendo como puedes desearme con tus letras, en un papel, de la forma que lo haces, alimentando mi alma y tu piel no puede arroparme, para nutrir mi cuerpo hambriento de tus caricias.
Es fácil complacer el cuerpo frágil que solo depende de ciertas reacciones químicas y tan complejo hacerlo con el alma y tu mi amor lo has logrado con tus cartas. No entiendo porque tienes tanto miedo y rechazas nuestra convivencia en pareja.
Tengo suerte de conocerte y poder leerte todos los días, tu palabra escrita evoca mis mejores sentimientos y mi deseo de estar a tu lado.
El parque se ha llenado de visitantes, todos caminan y conversan y en una banca observan a una mujer con un perro a sus pies que sonríe con los ojos cerrados.
Te pienso siempre y todo mi trabajo fluye en dirección a nuestro futuro encuentro.
Te quiero,
F.


Ingrid Melizan ©



agosto 2006


Mi siempre querido Kafka...


Mi siempre querido Kafka, Estoy sentada frente a una ventana en la habitación del hotel donde me hospedo por unos pocos días en tu ciudad de Praga. Puedo ver el río con su lento pasar, la gente caminando un poco más rápido y mis pensamientos volando a gran velocidad. Esta corta visita sin la familia me permitirá escribir una carta que nunca te podrá llegar, pero me la debo a mi misma y quien quita que algún día a alguien le pueda interesar. Hace unas semanas, cayó en mis manos un libro de un tal Elías Canetti,”La Conciencia de las Palabras”, titulo que inevitablemente llamó mi atención. Para mi sorpresa, dentro encontré un ensayo: “El otro proceso de Kafka”, mira lo que hiciste, ¿recuerdas?, nunca pensé que esto podría romper las barreras, las leyes del tiempo, ese libro que escribiste justo cuando rompimos nuestro segundo compromiso matrimonial. Estamos en la historia y no nos dimos cuenta, este ensayo nos hace perfectos, como las palabras sacadas de las cartas que nunca pasaron a la basura, ni quemadas, ni destruidas… Tal parece que nos conocimos ochenta y ocho años antes…, y ha tenido que ser grandioso e inolvidable….Casi un siglo y las palabras amorosas han pasado las barreras de lo irrenunciable….Sí, el amor, cuando es amor, no conoce de renuncias…. El mundo entero comenzaba un terrible proceso hacia la guerra y nosotros viviendo el nuestro particular, … tu buscabas un tronco que alimentara con sabia nueva tu capacidad para escribir, yo solicitando ayuda que me permitiera retomar el amor y la fe ya en ti perdida … ambos dedos apuntaron hacia la pequeña suiza, mi amiga Grete Bloch, quien resultó ser tu nueva motivación y mi doloroso catalizador para romper las promesas de amor realizadas pocas semanas atrás. He llegado a comprender tu incapacidad para amar. Vivías lleno de miedos y con total indiferencia hacia las demás personas, lo cual te hacía excluyente con el compromiso de amor. Vivías atormentado entre lo que tenías y lo que deseabas tener. Tan sensible y frágil eras a la vez, que para protegerte fabricabas una gruesa corteza a fuerza de cinismo. Esto fue lo que mas me hizo atarme a ti. !Amores epistolares en la cabeza de una joven romántica como yo ! Fuiste casi un mendigo pidiéndome que llenara de mis horas, sensaciones y vivencias cada una de las tuyas. Querías saber, vivir, oler todo de mi. Te parecía poco lo que describiera de mi vida cotidiana y para alguien tan normal como yo, eso era un elixir de romántica ilusión. Fueron pocos horas y menos palabras las que cruzamos aquella tarde de agosto cuando nos conocimos casa de los Brod por 1912. Me sentí coqueta y divertida ante la corta cercanía, la cual acrecentaste de inmediato con una invasión de cartas que me enviabas a diario, hasta tres o cinco a la vez. Tus cartas ocupaban todas mis horas, me hacían vivir emociones muy variadas cada vez … en una misma misiva sometías mis sentimientos a tu antojo pasándome por la ternura, agradecimiento y elevación, para que líneas mas tarde me llevaras hasta el asombro, el dolor y la rabia….


Tuya,


Felice


Lolita Sanabria © Agosto 1916-2006


agosto 2006


Praga 28 de Marzo de 1913,
Mi sufrido y gran amor,


Creo que no sabrás nunca lo que te he querido. Así, cómo pocas veces, se puede querer a alguien…. Muchas veces lloro por tu gran dolor, pero, ese dolor es lo que te ha hecho es crear irremediablemente. No mereces tanto sufrimiento. Imagino lo que has tenido que sufrir durante todos estos largos años, por injustas complicaciones sin sentido. O con el que dan a las cosas, los mas inciertos acontecimientos fatuos, y fatalidades inmerecidas….Y aun así, sigues tu camino de palabras tan duramente encontradas, cual diamantes sacados de las minas de África. Tus palabras mueven al mundo, y lo desorbitan en una sóla inspiración….me dices: ¡pobre Felice!, pero eres tú, el sufrimiento que los poetas han cantado desde los primeros tiempos…eres como un Cristo crucificado y abandonado por su padre que tenía que salvar al mundo de tanta maldad, y a toda costa. Hay personas que han sido como Jesús, pagando las penurias de una humanidad pidiendo piedad, y tú la has escuchado…Me dices que tienes un frío inclemente y sientes asco saber que te corre por tu costado izquierdo…. Como quisiera acurrucarte y pasarte la mano por tu cabello abandonado…Se que nunca te enfadas conmigo… Crées, que dejo pasar la vida tranquila sin escribirte… cuan equivocado estas, lleno papeles varias veces al día y siempre terminan en la basura, no vayan ser indignos de ti, no vaya ser que no estén a tu altura…Espera mis cartas, aunque no te lleguen, pues las escribo día tras día….me quita el sueño, sí, pero me gusta. Me duele, sabes, me duele mucho, es como si los huesos estuvieran por fuera….yo soporto sin daño tu manera de vivir, y no sabes como te entiendo…qué equivocado estas, crees que siempre tengo gente alrededor….todo es peor, todo es peor….
Se que es, no tener planes ni perspectivas…y lo mejor que haces es quedarte tumbado en la cama…el presente te colma por completo y es allí cuando te va bien, lo sé…. Dios…. no sabes lo que se eso…. No maldigas el presente, ni menos el porvenir, esa es tal vez…es…. la gran diferencia entre tú y yo….

Tu amada Felice


Eurídice Zamora ©






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* August 2006

4 comentarios:

Anónimo dijo...

supongo que todas estas cartas son flasas, claro

Anónimo dijo...

Insisto en saber, por favor, si las cartas de Felice aquí copiadas son auténticas o son recreaciones, puesto que viene con firmas de otros nombres: Eurídice Zamora, Lolita Sanabria e Ingrid Melizan. ¿
Alguien tendría la amabilidad de dcírmelo?

Euridice Zamora V dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Disculpe sr. anónimo, ahorita es que vi su comentario. Estas son correspondencias motivadas por un taller de literatura de hace años. La correspondencia verdadera entre Felice y Kafka fue editada en español por Alianza Ed. Le recomiendo si es de su interes el libro que le dedica Elias Canneti a este invalorable intercambio de cartas.
euridice zamora