viernes, 29 de junio de 2007

palabras de Coetzee al recibir el nobel en el 2003


Sus Majestades, Sus altezas reales, Damas y Caballeros; Huespedes Distinguidos, Amigos
El otro día, de repente, mientras hablábamos acerca de algo completamente diferente, mi compañera Dorothy dijo lo siguiente: "por otra parte," dijo ella, "por otra parte, ¡que orgullosa se habría puesto tu madre! ¡que pena que no esté viva! ¡y tu padre también! ¡que orgullosos habrían estado de tí!""¿Más orgullosos que de mi hijo el doctor?" dije. "¿Más orgullosos que de mi hijo el profesor?" "Más orgullosos."
"Si mi madre estuviera aún viva," dije "tendría 99 años y medio.
Probablemente tendría demencia senil. No sabría lo que está pasando alrededor de ella." Claro que no ví su punto. Dorothy tenía razón. Mi madre habría estado henchida de orgullo. Mi hijo el ganador del premio Nobel. ¿Y para quien, de todas maneras, hacemos las cosas que llevan a Premios Nobel si no es por nuestras madres?.
"Mami, mami, gané un premio!"
"Eso es maravilloso, hijo. Ahora cómete tus zanahorias antes que se enfríen.""Por qué nuestras madres deben tener 99 años y haber pasado ya rato en la tumba antes que podamos llegar a casa enseñándoles un premio que compense todos los problemas que somos para ellas?"

Para Alfred Nobel, 107 años en la tumba, y para la Fundación que tan fielmente administra su voluntad y que ha creado esta tarde maravillosa para nosotros, mi más sincera gratitud. A mis padres, como lamento que no puedan estar aquí.

Gracias.

J.M. Coetzee

Traducción: Antonio Rueda ©

domingo, 24 de junio de 2007

Haciendo mía la infancia de Coetzee /

miriam mireles©


Haciendo mía la Infancia de Coetzee


Él tiene dos madres.
Ha nacido dos veces: ha nacido de una mujer y de la granja.
Dos madres y ningún padre
.
Infancia, J. M. Coetzee


En el transcurrir de muchos días de un sofocante calor caraqueño, leí INFANCIA (Coetzee, 2000) y sin darme cuenta, rayé los márgenes de muchos párrafos. Podría confesar que hice esas anotaciones/comentarios sin orden – vale decir ¿asecuenciales?- y tuve que hacer (re)lecturas en ciertos pasajes. Al intentar escribir el borrador que aquí presento, pudiera decirles que lo construí como un inexplicable diario de viaje. Un viaje donde hice mía la Infancia de Coetzee.
Días 1-40
Es Worcester, Western Cape Sudáfrica, la pequeña provincia-centro de operaciones de INFANCIA, ciudad-infancia de J. M. Coetzee (JMC), quien para esta obra narra de modo autobiográfico (¿Memorias?) pero lo hace en tercera persona.
Busco a Worcester en el atlas y en GoogleEarth para intentar dibujar una metáfora del lugar que como lectora, demarque el territorio-espacio de la inocencia de un niño al que no conozco pero que con sus palabras logro hilvanar aspectos geográficos, sociales, familiares de su Sudáfrica. Convivo con sus miedos, temores, bochornos, contradicciones, inadaptaciones y trato de entender sus amores -madre y granja- y su lengua.
Días 1-10
JMC no tiene un tono distante en INFANCIA, su narración se siente muy próxima, a pesar de que –como ya dije- lo hace en tercera persona. En algunos párrafos congenio con sus comentarios “inocentes” (Pág. 61). Narra en presente.
Días 11-14
En INFANCIA se insertan palabras en afrikáans: veld, Kom ons gaan blomme plus, korhaan, Kan ek´kans kry? Muchas veces el narrador escribe la traducción, pocas veces no lo hace.
Se deja ver con estas inserciones, la presencia del rasgo idiomático donde transcurre la infancia del niño JMC y que hace (¿nos obliga a?) pensar en las posibles aventuras no contadas de los actos sociales. ¿el apartheid formaba parte del desenvolvimiento social de sus familias?.
Días 15, 18, 21
Esa época de pensar en el falso “agujero” por dónde nacen los niños en correspondencia con el conflicto de las explicaciones maternas ¿pacatas? se imbrica con los conflictos escolares-raciales y religiosos en el colegio.
Días 22-23
“No le gusta su nuevo y feo yo, quiere que lo saquen de él, pero eso es algo que no puedo hacer solo. Sin embargo, ¿hay alguien ahí que pueda hacerlo por él?” Ya tiene trece años y comienza a sentir evidencias (¿Un deseo en concreto? ¿Ese oscuro erotismo?) de que la infancia se va. Hablan de eso las sonrisas perturbadoras de la hermana de Celia.
-MM: Recuerdo que cuando tenía doce años, presentí que mi infancia se marchaba. Evoqué esos años en que los guiños del hermano de Celia hablaban, hablaban y me ruborizaban.
Días 24-35
“Está a punto de decirle… cuando se le mete una mosca en la boca. La escupe con asco. La mosca yace en el mostrador ante él, luchando en un charco de saliva…. Limpia el escupitajo del mostrador con la mano y rodeado de un silencio condenatorio paga los cigarrillos”.
Aparece la condena de los adultos ante actos tan pueriles e inofensivos que hace un niño. Hay que limpiar “la falta” que va más allá de lo no limpio, situaciones que muchas veces el niño blanco ante los africanos, no la entiende si no como una afrenta o culpabilidad de sí mismo.
Días 21,23, 36
“¡Injusto!, quiere gritar: ¡Sólo soy un niño!…Piensa en la mejilla de su abuela, suave y fría y seca como la seda, ofreciéndose a él para besarla. Desearía que su abuela viniera y lo arreglara todo.” No puede con la situación de alcoholismo su padre, uno de los tantos momentos donde muestra la fragilidad del niño ante lo que las situaciones le acarrean.
Días 21, 25, 37
“Con la gente de color en general no sabe cuándo dejan de ser niños y se convierten en adultos. Ocurre tan pronto, tan de repente…”. Frase que se transforma en reflexión-espejo para su propia infancia y de lo que viene: su juventud.
Días 37-38
“En la granja, al parecer, nada se marchita”, “Ningún tiempo es suficiente cuando se ama un lugar de manera tan devoradora” son expresiones de amor para uno de sus amores, la granja Vöelfontein, aquí deja de ser Coetzee-niño para ser Coetzee-adulto donde presiento (al parecer no lo puede evitar) que habla metafóricamente de sus reminiscencias de este lugar amado.
Días 39-40
“…En este silencio trata de imaginar su muerte. Se borra de todo…Pero no puede. Siempre hay algo que se deja atrás… Puede imaginar su propia muerte pero no puede imaginar su propia desaparición.”
Es un niño que piensa en su devenir sin poder construir su propia muerte.
-MM: cierro los ojos, buscando esas palabras que me permitan escribir estas líneas pero comienzo a soñar con la muerte, que se vuelve una y otra vez un aislamiento creativo para pensar, para volver sobre lo borroso de las sombras y de lo eterno. Me despierto de súbito queriendo hacer mío el bello silogismo de Coetzee pero éste aparece incompleto:
“La belleza es la inocencia; la inocencia es la ignorancia; la ignorancia es la ignorancia del placer; el placer es culpable; él es culpable. …”

Coetzee, J.M. (2000) INFANCIA Mondadori, Barcelona. España
© MM

viernes, 22 de junio de 2007

en el café


Ingrid Melizán está tomando la foto.
Miriam Mireles, Adriana Villanueva, E. Zamora, Alberto Barrera Tyszka, Keyla Vergara, Antonio Barrios, Ma Octavia Curiel.


De no ser por SIRCULO, de seguro, nunca hubiese sabido de ""Coetzee""; y tampoco hubiese tenido el privilegio de cambiar impresiones sobre él con Alberto Barrera Tyszka

De esa grata reunión en el café Arabiga, me quedaron dos ideas expresadas por ABT, que me han hecho reinterpretar la obra leida ( Edad de Hierro), desde la ""fragilidad de sus personajes"" y la ""aridez"" de su estilo literario.
Gracias

Ma Octavia Curiel


Le preguntamos a ABT: ¿Qué libro quemaría?
Ninguno. Es un símbolo inaceptable del atraso y del autoritarismo en nuestra historia. Ningún fuego purifica las palabras.

miércoles, 20 de junio de 2007

otra respuesta de Alberto

¿Qué lee en vacaciones?
Las vacaciones son un lujo porque puedo leer más.

foto:ingrid melizán
diseño:sírculo

sábado, 16 de junio de 2007

conversaciónes con Alberto Barrera Tyszka sobre Coetzee


“Atado de manos a los libros, estuve en París, con mosqueteros y jorobados; pero también en la Luna o en el centro de la Tierra, en el oeste americano o en lo más profundo de la India. Atado de manos a los libros también aprendí la diversidad: fui pirata, fui mujer, fui esclavo y negro, fui rey, mendigo, fui también un asesino... Leer es una experiencia intransferible y radical.”
ABT

Este sábado 16 de junio tomamos un largo café con Alberto Barrera Tyszka. Esa conversación fue como haber presenciado la realización del trozo de una película. Nos quedamos atrapados en sus palabras hilvanadas cual encantados por un espectáculo. Los mundos que ha llegado a conocer Alberto por los libros tocó el filamento emotivo de cada uno de nosotros. La presencia viva de semejante escritor nos estaba arrastrando hacia su admiración por John Maxwell Coetzee. Para Alberto, toda novela es un tono, y el tono que usa Coetzee es sólo de Coetzee, no se asemeja a nadie. Con Coetzee uno recuerda sólo a Coetzee, nos dice Alberto Barrera. Coetzee subvierte la naturaleza literaria y la dedica a la fragilidad humana.

Coetzee viene de la República de Sudáfrica, un país donde no hace falta hablar de violencia. Su capacidad de conmover, parte de esa violencia, por medio de ella Coetzee deja respirar sólo violencia, pero no hay calificación hacia nadie. Coetzee hace una literatura absolutamente política pero jamás llega a ser panfletaria. Lo maravilloso en Coetzee es que lo terrible es lo violento. En “La Edad de Hierro” todos somos de ese mismo lugar, estamos desamparados como cualquier niño huérfano, somos como el naufrago Róbinson, cuyo loro llamaba “pobre Robin”. El desarraigo, el barco en busca de provisiones, la desdicha, pudiera muy bien ser el país en que vivimos. Estamos en el tono de Coetzee.

En “La edad de hierro” una mujer habla sola, cuenta su trágica existencia, y no sabremos nunca si le responden. Ella, blanca, tiene intimidad con un negro en pleno apartheid, y por su historia, escrita a su hija que vive en otro país habla del mas despiadado de los infiernos, sin ningún culpable.

“...Démosle más bien una felicidad razonable; después hagamos que esa felicidad súbitamente se interrumpa” dice Coetzee

A Coetzee no le importa que es la ética, pero al final la tiene.

Gracias a ReLectura por esta maravillosa tertulia.
E. Zamora ©

miércoles, 6 de junio de 2007

próxima lectura: cualquier libro de J. M. Coetzee




John Maxwell Coetzee en el diccionario
Ciudad del Cabo [Provincia del Cabo Occidental], Sudáfrica, 9 de febrero de 1940, es un escritor sudafricano. El 10 de diciembre de 2003 (anunciado el 2 de octubre) fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura, convirtiéndose así en el cuarto africano que lo recibe.

Pasó su infancia y su primera etapa formativa entre Ciudad del Cabo y Worcester. Se licenció en matemáticas e inglés en la Universidad de Ciudad de El Cabo. A comienzos de los años 60 se desplazó a Londres (Inglaterra), donde trabajó durante algún tiempo como programador informático. Dejó constancia de esta etapa de su vida en su novela Juventud (2002). Más tarde realizó estudios de postgrado en literatura en la Universidad de Texas (EE UU), tras lo que dio clases de lengua y literatura inglesas en la Universidad de Búfalo (EE UU) hasta 1983. En 1984 volvió a Sudáfrica a ocupar una cátedra en Literatura inglesa en la Universidad de Ciudad de El Cabo, donde ejerció la docencia hasta su retiro en el año 2002. Durante 1989 estuvo en Estados Unidos como profesor visitante de la Universidad Johns Hopkins. En la actualidad desempeña funciones de investigador en el Departamento de inglés de la Universidad de Adelaida (Australia). Coincidiendo con la Semana Literaria de Adelaida, Coetzee recibió la nacionalidad Australiana, sin que ello le aleje de Sudáfrica, su lugar de nacimiento y donde transcurre gran parte de su obra.

Fue el primer escritor galardonado en dos ocasiones con el Premio Booker (el más prestigioso de la literatura en lengua inglesa), por sus obras Vida y época de Michael K. (1983), la historia de un superviviente de la guerra civil sudafricana, y Desgracia (1999), que trata acerca de un profesor de literatura marginado del mundo por acoso sexual. Además de novelas, también ha publicado numerosas críticas literarias y diversas traducciones.

En sus obras, marcadas por un estilo simbólico y metafórico, cuestiona el régimen del apartheid y cualquier tipo de racismo, y explora sus negativas consecuencias en el hombre y en la sociedad.

Obra editada:

Dusklands (Tierras en penumbra) 1974)
In the Heart of the Country (En medio de ninguna parte) (1977)
Waiting for the Barbarians (Esperando a los bárbaros) (1980)
The Life and Times of Michael K (Vida y época de Michael K.) (1983)
Foe (Foe) (1986)
Boyhood: Scenes from Provincial Life (Infancia: escenas de una vida de provincias) (1998)
Age of Iron (La edad de hierro) (1990)
The Master of Petersburg (El maestro de Petersburgo) (1994)
Giving Offense: Essays on Censorship (1997)
Disgrace (Desgracia) (1999)
Youth (Juventud) (2002)
Stranger Shores (Costas extrañas): Literary Essays, 1986-1999 (2002)
Elizabeth Costello (Elizabeth Costello) (2003)
Slow Man (El hombre lento) 2005
Contra la censura (ensayos)2006
Diary of a Bad Year (Diario de un Año Malo) (inédito)2007