domingo, 25 de marzo de 2007

LA NIEVE 'Llamadas telefónicas'


Primero hay que vaciar la botella, dijo, luego el alma. Me encogí de hombros. Aunque yo, añadió, como es natural, no creo en el alma. Pero la cuestión fundamental es el tiempo, ¿verdad? ¿Tienes tiempo para escuchar mi historia?
‘La nieve’ de Llamadas Telefónicas

El poema, que va a continuación lo colocamos en la entrada de Bolaño, no sólo por que Roberto Bolaño fue gran admirador de César Vallejo. Esta latente una angustia similar, una afinidad, un disfrute semejante entre ambas obras.
Sírculo

Considerando en frío, imparcialmente,
que el hombre es triste, tose y, sin embargo,
se complace en su pecho colorado;
que lo único que hace es componerse
de días;
que es lóbrego mamífero y se peina...

Considerando
que el hombre procede suavemente del trabajo
y repercute jefe, suena subordinado;
que el diagrama del tiempo
es constante diorama en sus medallas
y, a medio abrir, sus ojos estudiaron,
desde lejanos tiempos,
su fórmula famélica de masa...

Comprendiendo sin esfuerzo
que el hombre se queda, a veces, pensando,
como queriendo llorar,
y, sujeto a tenderse como objeto,
se hace buen carpintero, suda, mata
y luego canta, almuerza, se abotona...

Considerando también
que el hombre es en verdad un animal
y, no obstante, al voltear, me da con su tristeza en la cabeza...

Examinando, en fin,
sus encontradas piezas, su retrete,
su desesperación, al terminar su día atroz, borrándolo...

Comprendiendo
que él sabe que le quiero,
que le odio con afecto y me es, en suma, indiferente...

Considerando sus documentos generales
y mirando con lentes aquel certificado
que prueba que nació muy pequeñito...

le hago una seña,
viene,
y le doy un abrazo, emocionado.
¡Qué mas da! Emocionado... Emocionado...

César Vallejo 1937

domingo, 18 de marzo de 2007

¿Tienes tiempo para escuchar mi historia?



Soñé que era un detective viejo y enfermo y que buscaba a gente perdida hace tiempo. A veces me miraba casualmente en un espejo y reconocía a Roberto Bolaño.

R.Bolaño


'...convertir nuestra posición genuflexa ante la realidad,
a la de sólo ponernos de pie en nuestros sueños
levantar los ojos y mirar
lo imposible con la sonrisa
de quien entiende todo
mezcla de niños (locos chiquitos)
de locos cobardes (hipócritas grandes)
de miedosos sensatos (intelectualmente hipócritas)
nos lanzamos con lo mejor de nuestras miserias
(por su puesto absolutamente desconocidas por nosotros mismos)
y con lo mejor de nosotros (sin uso por su puesto)
así locos de locura buena salimos a cambiar, miradas, sonrisas, peticiones, por favores, dimos vergüenzas, por sensibilidad y hoy aquí locos, más loco que el que ama sin esperanza y más locos que los que prefieren hacer primero lo imposible que lo difícil...'

© O.A.Caballero nov.1988

aventura literaria


B siente por un momento que toda la fuerza que le ha servido para llegar a casa de A se evapora en un segundo. Se repone, intenta una sonrisa, alarga la mano. Sobre todo, piensa, evitar escenas violentas, sobre todo evitar el melodrama. Por fin, dice A, cómo estás. Muy bien, dice B.
R. Bolaño una aventura literaria (Llamadas telefónicas)

miércoles, 14 de marzo de 2007

'Un libro es la mejor almohada que existe'


Me conmueven los lectores a secas, los que aún se atreven a leer el Diccionario filosófico de Voltaire, que es una de las obras más amenas y modernas que conozco. Me conmueven los jóvenes de hierro que leen a Cortázar y a Parra, tal como los leí yo y como intento seguir leyéndolos. Me conmueven los jóvenes que se duermen con un libro debajo de la cabeza. Un libro es la mejor almohada que existe...
Roberto Bolaño


LA TRAMPA
Nicanor Parra

Por aquel tiempo yo rehuía las escenas demasiado misteriosas.
Como los enfermos del estómago que evitan las comidas pesadas
Prefería quedarme en casa dilucidando algunas cuestiones
Referentes a la reproducción de las arañas,
Con cuyo objeto me recluía en el jardín
Y no aparecía en público hasta avanzadas horas de la noche;
O también en mangas de camisa, en actitud desafiante,
Solía lanzar iracundas miradas a la luna
Procurando evitar esos pensamientos atrabiliarios
Que se pegan como pólipos al alma humana.
En la soledad poseía un dominio absoluto sobre mí mismo,
Iba de un lado a otro con plena conciencia de mis actos
O me tendía entre las tablas de la bodega
A soñar, a idear mecanismos, a resolver pequeños problemas de emergencia.
Aquellos eran los momentos en que ponía en práctica mi célebre método onírico,
Que consiste en violentarse a sí mismo y soñar lo que se desea,
En promover escenas preparadas de antemano con participación del más allá.
De este modo lograba obtener informaciones preciosas
Referentes a una serie de dudas que aquejan al ser:
Viajes al extranjero, confusiones eróticas, complejos religiosos.
Pero todas las precauciones eran pocas
Puesto que por razones difíciles de precisar
Comenzaba a deslizarme automáticamente por una especie de plano inclinado,
Como un globo que se desinfla mi alma perdía altura,
El instinto de conservación dejaba de funcionar
Y privado de mis prejuicios más esenciales
Caía fatalmente en la trampa del teléfono
Que como un abismo atrae a los objetos que lo rodean
Y con manos trémulas marcaba ese número maldito
Que aún suelo repetir automáticamente mientras duermo.
De incertidumbre y de miseria eran aquellos segundos
Es que yo, como un esqueleto de pie delante de esa mesa del infierno
Cubierta de una cretona amarilla,
Esperaba una respuesta desde el otro extremo del mundo,
La otra mitad de mi ser prisionera en un hoyo.
Esos ruidos entrecortados del teléfono
Producían en mí el efecto de las máquinas perforadoras de los dentistas,
Se incrustaban en mi alma como agujas lanzadas desde lo alto
Hasta que, llegado el momento preciso,
Comenzaba a transpirar y a tartamudear febrilmente.
Mi lengua parecida a un beefsteak de ternera
Se interponía entre mi ser y mi interlocutora
Como esas cortinas negras que nos separan de los muertos.
Yo no deseaba sostener esas conversaciones demasiado íntimas
Que, sin embargo, yo mismo provocaba en forma torpe
Con mi voz anhelante, cargada de electricidad.
Sentirme llamado por mi nombre de pila
En ese tono de familiaridad forzada
Me producía malestares difusos,
Perturbaciones locales de angustia que yo procuraba conjurar
A través de un método rápido de preguntas y respuestas
Creando en ella un estado de efervescencia pseudoerótico
Que a la postre venía a repercutir en mí mismo
Bajo la forma de incipientes erecciones y de una sensación de fracaso.
Entonces me reía a la fuerza cayendo después en un estado de postración mental.
Aquellas charlas absurdas se prolongaban algunas horas
Hasta que la dueña de la pensión aparecía detrás del biombo
Interrumpiendo bruscamente aquel idilio estúpido,
Aquellas contorsiones de postulante al cielo
Y aquellas catástrofes tan deprimentes para mi espíritu
Que no terminaban completamente con colgar el teléfono
Ya que, por lo general, quedábamos comprometidos
A vernos al día siguiente en una fuente de soda
O en la puerta de una iglesia de cuyo nombre no quiero acordarme.


Roberto Bolaño en el diccionario

Roberto Bolaño Ávalos (Santiago de Chile, 28 de abril de 1953 - Barcelona, 14 de julio, 2003), escritor y poeta chileno. Pasó su infancia en ciudades como Los Ángeles, Valparaíso, Quilpué, Viña del Mar y Cauquenes. A los 13 años, Bolaño se trasladó con su familia a México. Vivió su adolescencia concentrado en la lectura, encerrado durante horas en una biblioteca pública de Ciudad de México.

En 1973 decidió volver a Chile. Tras un largo viaje en autostop y en barco por Suramérica su llegada a Chile fue pocos días posterior al golpe de estado protagonizado por Pinochet, por lo que decidió unirse a la resistencia contra el nuevo orden dictatorial. Pocos días después fue detenido cerca de Concepción y liberado luego de ocho días gracias a la ayuda de un antiguo compañero de estudios en Cauquenes que se encontraba entre los policías que debían custodiarlo.

Regresó nuevamente a México, donde junto al poeta Mario Santiago Papasquiaro, fundó el movimiento poético infrarrealista, que, surgido a partir de reuniones y tertulias en el Café La Habana de la calle Bucarelli, se opuso radicalmente a los poderes dominantes en la poesía mexicana y al establishment literario mexicano.

Luego emigró a Cataluña. Allí desempeñó diversos oficios —vendimiador en verano, vigilante nocturno de un camping , vendedor en un almacén de barrio— antes de poder dedicarse por completo a la literatura. Bolaño falleció el martes 14 de julio de 2003 en el hospital Valle de Hebrón de Barcelona tras pasar diez días en coma como consecuencia de una insuficiencia hepática. Dejó inconclusa la novela 2666, en la cual llevó al extremo su capacidad fabuladora, esta vez en torno a un personaje que retoma la figura del escritor desaparecido, en este caso, Benno von Archimboldi.

En 1998 ganó Premio Herralde de novela gracias a su obra Los detectives salvajes, por la que también obtuvo el Premio Rómulo Gallegos en 1999. En 2004, un año después de su muerte, obtuvo el premio Salambó a la mejor novela escrita en castellano, por 2666.

Bolaño se presenta en algunas de sus obras (como Los detectives salvajes, Amuleto, Estrella distante o el borrador de 2666) como su alter ego, Arturo Belano. También aparece retratado en las novelas Soldados de Salamina de Javier Cercas y en Mantra de Rodrigo Fresán.


Arturo Belano es el alter ego de Roberto Bolaño. Su primera aparición conocida fue en el libro de relatos Llamadas telefónicas (1997), (libro que trataremos en esta entrada de Sírculo). En los cuentos intitulados Enrique Martín, El Gusano y Detectives. En este último relato, Bolaño narra su experiencia real en una cárcel chilena tras el golpe militar de 11 de septiembre de 1973, cuando uno de los torturadores le reconoce como su ex colega del instituto y salva a Bolaño de una probable muerte. Sin embargo, la aventura más importante de Belano fue como protagonista en Los detectives salvajes, al lado de Ulises Lima.

Arturo Belano resurgirá posteriormente en el relato Fotos, de Putas asesinas (2001), donde se constata que Belano aún permanece en Liberia, reflexionando sobre los poetas franceses, su propio pasado y el de sus amigos.

El escritor argentino Rodrigo Fresán, amigo personal de Bolaño, matiza que el alter ego Belano es un «supuesto alter ego»:

«En alguna conversación, como al pasar, Bolaño se confesó tentado de que Belano acabara como una suerte de eternauta viajando a través del tiempo y transmitiendo desde el futuro. Y digo supuesto alter ego porque me parece que con Belano, Bolaño consiguió algo mucho más interesante que el habitual disfraz que utiliza un escritor para convertirse en personaje.»

Wilkipedia (la enciclopedia libre)

SENSINI 'Llamadas telefónicas' (1997)



‘De pronto me di cuenta de que ya estábamos en paz, que por alguna razón misteriosa habíamos llegado juntos a estar en paz y que de allí en adelante las cosas imperceptiblemente comenzarían a cambiar. Como si el mundo, de verdad, se moviera. Le pregunté qué edad tenía. Veintidós, dijo. Entonces yo debo tener más de treinta, dije, y hasta mi voz sonó extraña’
del relato Sensini (Llamadas Telefónicas) R. Bolaño.

Próxima lectura: 'La insoportable levedad del ser' Milan Kundera


Charla con el escritor Rafael Osío Cabrices, uno de los autores de ReLectura.
En su charla sobre La insoportable levedad del ser, de Milan Kundera, Rafael Osío Cabrices nos habla de ella como una "novela profundamente europea”. Kundera vivió de primera mano el socialismo ruso de los estados satélites y en especial de un país tan particular como la Republica Checa, de tradición abiertamente aburguesada, y en su novela, de una manera palpable e indeleble, están sus vivencias y su ideología. Kundera "es un escritor con un equipaje cultural muy grande, criado en encrucijadas culturales" de la Europa del Este, donde ha florecido una verdadera "cultura híbrida" (más de lo que los latinoamericanos nos empeñamos en hacer nuestra, esta constante).
Por su estructura tan particular (cuatro personajes, cuatro puntos de vista, momentos de suspensión de la trama) La insoportable levedad del ser puede ser considerada una "novela rompedora", al estilo del Quijote de Cervantes, Gargantúa y Pantagruel de Francois Rabelais, o Vida y opiniones del caballero Tristram Shandy de Lawrence Sterne. Kundera viene de la tradición de la novela subversiva y está bastante lejos de la novela europea formal como en el caso de Lolita. El concepto de novela subversiva como instrumento de exploración del ser y en este caso que nos ocupa con La insoportable levedad del ser, exploración de las crisis europeas de postguerra. El desarraigo moral e ideológico es tan fuerte que lo único que les queda es el sexo. La insoportable levedad del ser es una novela del vacío, de búsquedas, con un ritmo tan fluctuante, de tantos paréntesis, ritmos y matices, que el símil que nos propone Rafael no puede ser otro: "como una larga noche entre amigos".
Finalmente y como una confesión, Rafael nos relata su acercamiento casi precoz a La insoportable levedad del ser y su convencimiento de que es una novela para releer en varias épocas de la vida, y siempre esa lectura será diferente.

Silvia Marín ©

LA LEVEDAD

'BRINQUE COMO EL FUEGO...
VENGA ASÍ NADA MÁS...
HÁGALO DOS VECES ANTES DE PENSAR
CORRA CONTRA EL TIEMPO...'

lunes, 12 de marzo de 2007

Kundera en el diccionario


Milan Kundera.

Al término de la Segunda Guerra Mundial se afilió al Partido Comunista del que fue expulsado tras los sucesos de 1948. Experto en historia del arte, estudió en el Carolinum de Praga y dio clases de historia del cine en la Academia de Música y Arte Dramático desde 1959 a 1969, y posteriormente en el Instituto de Estudios Cinematográficos de Praga. Fue jornalero y músico de jazz. Su primera novela, La broma fue traducida a doce idiomas y obtuvo en 1968 el Premio de la Unión de Escritores Checoslovacos. En 1968, a consecuencia de la invasión soviética a su país, sus obras se prohibieron y quedó sin empleo. En 1975 consiguió emigrar a Francia. Entre ese año y 1980, enseñó literatura comparada en la Universidad de Rennes, y más tarde en la École des Hautes Études de Paris. La vida está en otra parte obtiene el Premio Médicis a la mejor novela extranjera publicada en Francia durante el año de su aparición. Su siguiente novela, La despedida, obtuvo el Premio Mondello al mejor libro editado en Italia. En 1981, el conjunto de la obra de Kundera mereció en Estados Unidos el Commonwealth Award, premio otorgado simultáneamente al conjunto de la obra dramática de Tennessee Williams. Ese año la publicación en de El libro de la risa y el olvido le valió la revocación de su ciudadanía checa. En 1982 recibió el Premio Europa-Literatura. En 1984 publicaría La insoportable levedad del ser, considerada como una de sus obras cumbres. Ya en 1985, sería galardonado con el Premio Jerusalén. Tres años más tarde La insoportable levedad del ser sería llevada al cine de la mano del director Philip Kaufman, obteniendo un aceptable éxito.

A pesar de su militancia comunista en su juventud, Kundera se convirtió desde el inicio de su actividad literaria, en un crítico mordaz del socialismo. A su vez, su principal obra, La insoportable levedad del ser, se ha convertido en una referencia importante a la hora de intentar comprender la disidencia vivida en Europa del Este durante la Guerra Fría.

En el 2006 se publica por primera vez en su país su bestseller, La insoportable levedad del ser, 22 años después de que se editara en París.

Wilkipedia ( la enciclopedia libre)

Milan Kundera, pisó un terreno similar



pueblo

aquí se ve un egoísmo
tan sinceramente exteriorizado
una audacia tan grosera
'' cobardía tan ruin
'' pusilanimidad tan baja

que todo es franco aquí

todo se muestra sin tapujos
no hay quien se tome
el trabajo en disimular

usted señor
merece
la más honesta de las apreciaciones

aunque sólo sea por su sencillez.

Antonio Rueda ©

de la novela



‘... La novela acompaña constante y fielmente al hombre desde el comienzo de la Edad Moderna. La “pasión de conocer” se ha adueñado de ella para que escudriñe la vida concreta del hombre y la proteja contra “el olvido”; para que mantenga “el mundo de la vida” bajo una iluminación perpetua. En ese sentido comprendo y comparto la obstinación con que H. Broch repetía: descubrir lo que sólo una novela puede descubrir es la única razón de ser de una novela. La novela que no descubre una parte hasta entonces desconocida de la existencia es inmoral. El conocimiento es la única moral de la novela.’
Milan Kundera “El arte de la novela”