domingo, 24 de junio de 2007

Haciendo mía la infancia de Coetzee /

miriam mireles©


Haciendo mía la Infancia de Coetzee


Él tiene dos madres.
Ha nacido dos veces: ha nacido de una mujer y de la granja.
Dos madres y ningún padre
.
Infancia, J. M. Coetzee


En el transcurrir de muchos días de un sofocante calor caraqueño, leí INFANCIA (Coetzee, 2000) y sin darme cuenta, rayé los márgenes de muchos párrafos. Podría confesar que hice esas anotaciones/comentarios sin orden – vale decir ¿asecuenciales?- y tuve que hacer (re)lecturas en ciertos pasajes. Al intentar escribir el borrador que aquí presento, pudiera decirles que lo construí como un inexplicable diario de viaje. Un viaje donde hice mía la Infancia de Coetzee.
Días 1-40
Es Worcester, Western Cape Sudáfrica, la pequeña provincia-centro de operaciones de INFANCIA, ciudad-infancia de J. M. Coetzee (JMC), quien para esta obra narra de modo autobiográfico (¿Memorias?) pero lo hace en tercera persona.
Busco a Worcester en el atlas y en GoogleEarth para intentar dibujar una metáfora del lugar que como lectora, demarque el territorio-espacio de la inocencia de un niño al que no conozco pero que con sus palabras logro hilvanar aspectos geográficos, sociales, familiares de su Sudáfrica. Convivo con sus miedos, temores, bochornos, contradicciones, inadaptaciones y trato de entender sus amores -madre y granja- y su lengua.
Días 1-10
JMC no tiene un tono distante en INFANCIA, su narración se siente muy próxima, a pesar de que –como ya dije- lo hace en tercera persona. En algunos párrafos congenio con sus comentarios “inocentes” (Pág. 61). Narra en presente.
Días 11-14
En INFANCIA se insertan palabras en afrikáans: veld, Kom ons gaan blomme plus, korhaan, Kan ek´kans kry? Muchas veces el narrador escribe la traducción, pocas veces no lo hace.
Se deja ver con estas inserciones, la presencia del rasgo idiomático donde transcurre la infancia del niño JMC y que hace (¿nos obliga a?) pensar en las posibles aventuras no contadas de los actos sociales. ¿el apartheid formaba parte del desenvolvimiento social de sus familias?.
Días 15, 18, 21
Esa época de pensar en el falso “agujero” por dónde nacen los niños en correspondencia con el conflicto de las explicaciones maternas ¿pacatas? se imbrica con los conflictos escolares-raciales y religiosos en el colegio.
Días 22-23
“No le gusta su nuevo y feo yo, quiere que lo saquen de él, pero eso es algo que no puedo hacer solo. Sin embargo, ¿hay alguien ahí que pueda hacerlo por él?” Ya tiene trece años y comienza a sentir evidencias (¿Un deseo en concreto? ¿Ese oscuro erotismo?) de que la infancia se va. Hablan de eso las sonrisas perturbadoras de la hermana de Celia.
-MM: Recuerdo que cuando tenía doce años, presentí que mi infancia se marchaba. Evoqué esos años en que los guiños del hermano de Celia hablaban, hablaban y me ruborizaban.
Días 24-35
“Está a punto de decirle… cuando se le mete una mosca en la boca. La escupe con asco. La mosca yace en el mostrador ante él, luchando en un charco de saliva…. Limpia el escupitajo del mostrador con la mano y rodeado de un silencio condenatorio paga los cigarrillos”.
Aparece la condena de los adultos ante actos tan pueriles e inofensivos que hace un niño. Hay que limpiar “la falta” que va más allá de lo no limpio, situaciones que muchas veces el niño blanco ante los africanos, no la entiende si no como una afrenta o culpabilidad de sí mismo.
Días 21,23, 36
“¡Injusto!, quiere gritar: ¡Sólo soy un niño!…Piensa en la mejilla de su abuela, suave y fría y seca como la seda, ofreciéndose a él para besarla. Desearía que su abuela viniera y lo arreglara todo.” No puede con la situación de alcoholismo su padre, uno de los tantos momentos donde muestra la fragilidad del niño ante lo que las situaciones le acarrean.
Días 21, 25, 37
“Con la gente de color en general no sabe cuándo dejan de ser niños y se convierten en adultos. Ocurre tan pronto, tan de repente…”. Frase que se transforma en reflexión-espejo para su propia infancia y de lo que viene: su juventud.
Días 37-38
“En la granja, al parecer, nada se marchita”, “Ningún tiempo es suficiente cuando se ama un lugar de manera tan devoradora” son expresiones de amor para uno de sus amores, la granja Vöelfontein, aquí deja de ser Coetzee-niño para ser Coetzee-adulto donde presiento (al parecer no lo puede evitar) que habla metafóricamente de sus reminiscencias de este lugar amado.
Días 39-40
“…En este silencio trata de imaginar su muerte. Se borra de todo…Pero no puede. Siempre hay algo que se deja atrás… Puede imaginar su propia muerte pero no puede imaginar su propia desaparición.”
Es un niño que piensa en su devenir sin poder construir su propia muerte.
-MM: cierro los ojos, buscando esas palabras que me permitan escribir estas líneas pero comienzo a soñar con la muerte, que se vuelve una y otra vez un aislamiento creativo para pensar, para volver sobre lo borroso de las sombras y de lo eterno. Me despierto de súbito queriendo hacer mío el bello silogismo de Coetzee pero éste aparece incompleto:
“La belleza es la inocencia; la inocencia es la ignorancia; la ignorancia es la ignorancia del placer; el placer es culpable; él es culpable. …”

Coetzee, J.M. (2000) INFANCIA Mondadori, Barcelona. España
© MM

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bello Miriam, leeré la Infancia para ver que tiene esa granja.
euridice

Anónimo dijo...

El libro es en extremo "bello" creo que no hay mejor manera de decirlo que abrumador, la persona que lee el libro se va a sentir de alguna manera identificada con las cosas que le pasan al niño.........leanlo es de lo mejor